A partir de este lunes comienza semana de flexibilización de la cuarentena laboral en dos niveles
10 agosto, 2020Presidenta CNE: Instalado de forma exitosa sistema automatizado de postulaciones en todos los estados
11 agosto, 2020Las Redes Sociales en tiempo de pandemia o el Gran Hermano viene de visita
El desarrollo alcanzado por las tecnologías de información, lacónicamente llamadas TIC es innegable, sus uso generalizado en todos los ámbitos de la sociedad han logrado generar mecanismos de interacción que han sido decisivos en la globalización ya que, en la sociedad global, tanto para el individuo como para las sociedades, la información y la tecnología son elementos de poder.
Un rol destacado lo juegan las Redes Sociales Digitales o simplemente Redes Sociales (RRSS) como se les conoce, que se han convertido hoy por hoy en los principales medios de difusión de información y contenidos siendo por tanto considerados como “nuevos medios”; por lo tanto no es de extrañar que de las 100 empresas más poderosas del mundo, 26 estén vinculadas a las TIC y producción de contenidos para Internet, 15 son de EE.UU, 5 de Asia y 1 de Europa ; es decir que empresas o corporaciones como Alphabet (Google y todo su entramado) o Amazon son las responsables de la generación buena parte del contenido que en las Redes circula.
Otro elemento significativo del uso de las TIC es que, según estudios de consumo de contenidos digitales de 2017 (en el actual contexto de pandemia estos valores deben ser significativamente superiores), alrededor del 89 % de la población entre los 16 y los 34 años son usuarios de las Redes Sociales y fundamentalmente consumidores de imágenes y noticias, si aunamos que estos espacios digitales sirven para la construcción de imaginarios individuales y sociales, tenemos la mesa servida para el Control Mediático a través de las Redes Sociales.
Las estructuras de Poder dominantes saben bien esto y lo usan en consecuencia, el desarrollo de contenidos de “entretenimiento” orientados a los jóvenes, la falsa idea de que en internet te da acceso a la información, la proliferación de contenidos efímeros, la banalidad con que se remarcan los estilos de vida que se asumen como “exitosos” se han convertido en los principales medios para la construcción de un pensamiento único, moldeado a imagen y semejanza y según la direccionalidad interesada del Gran Capital, y por ende la principal vía de Globalización Cultural como herramienta de control y dominación social.
Ahora bien, esto como estrategia de control y dominación para el ejercicio del poder, particularmente el llamado soft power tiene dos aristas de interés, por un lado la construcción de un “mundo virtual” basado en el entertainment o mundo del entretenimiento donde se orienta la producción de contenidos de carácter recreativo, todo debe ser recreativo, un asiático comiéndose una rana, un africano corriendo, un ruso mafioso, latinoamericanos disparatados, hermosas rubias con descuidados escotes, y pare de contar. Un mundo vendido como jolgorio, donde todo es simpático o en todo caso se modela lo que debe ser asumido como simpático, entretenido, hilarante o detestable.
Por otro lado aparecen lenguajes en las RRSS que se consideraban extintos, por ejemplo la Guerra Fría. Estados Unidos ha declarado a China como su enemigo, basta leer las últimas declaraciones de Mike Pompeo llamando a sus aliados y amigos a enfrentarse con Pekín, bajo el trillado texto «Si el mundo libre no cambia, China nos cambiará a nosotros», o lo expresado en Copenhague utilizando un lenguaje abiertamente beligerante al decir que su país no puede limitarse a «poner la otra mejilla» en caso de que sus «enemigos quieran competir» en la región ártica. Si a esto sumamos el rol que juegan los contenidos desarrollados en las RRSS tenemos un cóctel mediático diseñado para embriagarnos con una narrativa que permite, crear las matrices necesarias para la construcción de imaginarios sociales maniqueos: Chino inexpresivo y repulsivo, ruso no confiable y malo, latinoamericano incapaces, árabe terrorista, americano bueno que permitan apalancar el rol hegemónico y de aceptación cultural de los “superhéroes” rubios y anglosajones que de soporte político necesario al Poder Económico para afianzar su control y parafraseando a Charli García, nos sigan pegando abajo.
En este esquema en construcción del imaginario que sustenta el poder hegemónico entra Venezuela, la Venezuela Bolivariana sobre la cual se lanzan a las redes imágenes, informaciones y juicios que buscan apuntalar la creencia y prejuicios acerca del Estado narcotraficante, la dictadura de Maduro, la catástrofe humanitaria, el socialismo bolivariano desfasado o el aliado del Eje del Mal. Toda una visión cargada de imágenes negativas destinadas a generar rechazo en el ámbito regional a la difusión del ideal bolivariano entre las organizaciones y sectores populares, a frenar en seco cualquier avance del ideal bolivariano de Patria Grande, de un nosotros latinoamericano que obstaculice la dominación desde las ideas y la perseguida reconstrucción de la hegemonía imperial en la región. Pero también buscando aislar apoyos, frenar simpatías o adhesiones internacionales de movimientos sociales y grupos en países del mundo ante un escenario de eventual intervención militar. En ambas circunstancias, las redes sociales son una pieza del rompecabezas, un arma eficaz. Por eso, haciendo un paréntesis, ahora en tiempos de pandemia las baterías están enfiladas en las redes nuevamente a atacar el proceso electoral del próximo 6 de diciembre que habrá de elegir a los diputados a la Asamblea Nacional para el periodo 2021-2026, cantar desde ya fraude electoral y deslegitimar a las fuerzas políticas que participen sin importar su tendencia ideológica y si son oposición. Solo importa afianzar el imaginario del régimen político de dictadura y evitar a toda costa, la proyección internacional de la imagen del ejercicio democrático en un gobierno bolivariano democrático, que reconoce la participación popular como herramienta para la legitimación del poder.
Por tanto, es fundamental en estos tiempos donde se realzan y destacan las bondades del uso de las TIC como elemento formativo e integrador, ante el distanciamiento social necesario, sepamos que estamos entregando de manera inequívoca nuestra capacidad de discernimiento a la Big Data y que corremos el riesgo de convertirnos en consumidores activos de la lógica del capital, si no desarrollamos activas, eficientes, eficaces y sobretodo entretenidas alternativas de contenidos utilizando el cliché que reza, combatir el fuego con fuego.
Hernán Zamora
Doctor en Sistemas de Información Espacial
Para enriquecer esta temática, puedes dar tu aporte a través de contacto@ivpa.gob.ve