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El pueblo venezolano ha asumido la trascendental misión de construir el socialismo bolivariano del siglo XXI, con la plena convicción que ello significa retomar el proyecto liberador que quedó inconcluso en la gesta independentista de hace 200 años y traicionado durante el accidentado período republicano (Objetivo Histórico I del Plan de la Patria). Por otra parte, estamos conscientes del carácter esencialmente transicional que estamos viviendo desde “el caracazo” (1989), signado por una gran confrontación dialéctica, con las contradicciones, complejidades y dificultades propias de un momento revolucionario.
El Cmdte Hugo Chávez, con su enorme liderazgo político, entendió el rol estelar que juega la planificación en un proceso con tales características, bajo la premisa que “la historia se debe y se puede planificar”. Ello supone abordar las incesantes coyunturas que se presentan en el camino con una visión estratégica, teniendo perfectamente claro que “si algo requiere la transición del capitalismo al socialismo es planificación”.
En este sentido, y a partir del año 2007, los Planes de Desarrollo de la Nación estuvieron cada vez más impregnados de ese carácter socialista y antiimperialista, desembocando actualmente en un Plan de la Patria 2019-2025 estructurado a partir de cinco Objetivos Históricos.
Ahora bien, las múltiples y sistemáticas agresiones imperialistas que han asediado desde sus inicios a la revolución bolivariana, arreciaron luego de la partida física del Cmdte Chávez y la consecuente presidencia de Nicolás Maduro, afectando severamente la cotidianidad de las condiciones de vida de nuestro pueblo, lo cual hemos debido enfrentar en la turbulenta marcha de este proceso transformador.
En esta perspectiva, el año 2021 se presenta con las siguientes particularidades especiales:
• Se corresponde con el bicentenario de la Batalla de Carabobo (1821-2021), conmemoración emblemática que por algún tiempo fue posicionada como el hito histórico definitorio para lograr la irreversibilidad del proceso revolucionario.
• Se plantea como una exigencia inaplazable atender las agobiantes problemáticas que padece el pueblo venezolano durante los últimos años, pero evitando a toda costa extraviarnos de nuestro proyecto histórico, para lo cual es imprescindible “amarrar” la gestión de gobierno al sistema de objetivos estructurados en el Plan de la Patria.
• Se instala la nueva Asamblea Nacional (con mayoría calificada bolivariana), lo cual significó la estrepitosa derrota política de una apátrida Asamblea anterior que fungió abiertamente como el operador político del imperialismo dentro del país.
Así las cosas, este año lo identificamos como el punto de inflexión para pasar de la resistencia a la contraofensiva revolucionaria, de manera que resulta absolutamente necesario precisar las agendas de trabajo estratégicas y vinculantes que permitan optimizar la capacidad de gestión de la administración pública, traducida en resultados concretos y satisfactorios.
Bajo estas premisas, el gobierno bolivariano ha planteado el Plan Carabobo 200, el cual presenta como aspectos fundamentales:
• Definir con absoluta claridad las prioridades sobre las cuales se intervendrá en la realidad del país, convertidas en las metas y acciones a desarrollar para brindar las respuestas oportunas y efectivas que nuestro pueblo aspira.
• Reconstruir la gobernabilidad político-institucional del país, ferozmente atacada mediante una desestabilización política, económica y social que caotizó su estructura y funcionamiento, pretendiendo arrastrarla (a través de una estrategia paralela y virtual) hacia la declaratoria de un Estado fallido y forajido, con el propósito deliberado de provocar su destrucción, a los fines de invocar la doctrina de la responsabilidad de proteger por parte de la “comunidad internacional”.
• Retomar la tendencia creciente que se venía observando durante la primera etapa de la revolución bolivariana, en relación al bienestar general del pueblo venezolano, a través de la atención apremiante de las heridas más sensibles y profundas provocadas por la criminal guerra multiforme a la que hemos sido sometidos y que ha vulnerado nuestros derechos fundamentales.
Para tales fines, se ha definido un Plan de Acción con la participación de todos los sectores de la nación, a los fines de avanzar en su recuperación sostenida. Las políticas y estrategias fundamentales para apuntalar su direccionamiento son las siguientes:
• Continuar propiciando, con perseverancia y firmeza, el diálogo y la reconciliación nacional e internacional, de manera de construir los puentes y consensos que permitan proporcionarle la necesaria viabilidad política al proceso bolivariano.
• Realizar un esfuerzo superior para garantizar la impostergable e ineludible articulación de los actores institucionales y sociales existentes en los distintos niveles y escalas territoriales, bajo una sólida conducción en la responsabilidad de mando y disciplina revolucionaria, a los fines de potenciar la eficiencia en la gestión pública. En este sentido, la labor coordinadora resulta determinante para la acertada ejecución de un Sistema Integrado de Planes del Estado venezolano que contenga el conjunto de medidas a implementar para alcanzar efectivamente los objetivos trazados.
• Consolidar el empoderamiento de las distintas organizaciones populares que hacen vida en sus respectivos espacios de actuación, así como en los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular, las Comunas y los Consejos Productivos de Trabajadores, insertándolos orgánicamente como partes integrantes de la gestión del gobierno bolivariano.
En síntesis, el elemento central que transversaliza el Plan Carabobo 200 es la convocatoria a la nación entera a desarrollar al máximo los niveles de eficiencia del Estado venezolano, de manera que no solo podamos superar las enormes dificultades existentes, sino continuar avanzando sin vacilaciones en la compleja construcción de la sociedad socialista.
Camilo Rivero
Economista
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