A la par que corrían los años 80 y 90 del siglo pasado la transnacionalización de las economías transcurría bajo el derrotero de la globalización y el espejismo de los TLC que permeaba fronteras, imponía la firma de acuerdos para evitar doble tributación. de protección a la inversión extranjera e incorporación de cláusulas de arbitraje internacional en caso de diferencias, en instancias internacionales como CIADI o la Corte de Arbitraje de Londres, lejos de las jurisdicciones nacionales. Entretanto, los sectores dominantes en los países latinoamericanos se desligaban cada vez más, de lo que veían como ataduras nacionalistas y sentimentalismos del pasado que obstaculizaban los negocios en medio de la euforia de la globalización.