26 diciembre, 2020
En noviembre de 2019, una neumonía de origen desconocido fue detectada en la capital de una provincia de China, Wuhan, que llevó al cierre total de esa ciudad en diciembre de hace un año. Mientras el mundo continuaba su ritmo frenético “normal” del último trimestre, en especial EE.UU. cuyo presidente, Donald Trump, juraba que solo era un “virus chino”, creyendo que el problema de epidemia interna solamente afectaba al gigante asiático y que debía resolver en solitario, las autoridades chinas actuaron y pusieron en cuarentena a la población afectada y comenzó la investigación y lucha del patógeno responsable, el Sars-CoV-2, que ocasiona la enfermedad bautizada como COVID-19.